Hace poco tiempo muchos no acertaban a decir qué era eso del “Brexit” que salía en todos los medios de comunicación. Ahora, tan sólo unos días después de que el pasado 23 de junio una ligera pero suficiente mayoría de británicos votara en referéndum a favor de la salida de su país de la Unión Europea, la incógnita ya no es a qué responde ese anglicismo que no es más que un juego de palabras, sino que éste ha originado, a su vez, otros muchos interrogantes: ¿Cómo afectará esta decisión a las exportaciones e importaciones españolas? ¿Y a la compraventa de viviendas por parte de británicos en nuestro país? ¿Y a los flujos migratorios? ¿Y al turismo? ¿Y a las políticas fiscales?
Los datos del Instituto Nacional de Estadística del pasado año dejan claro que el Reino Unido es para España, con diferencia, el principal emisor de turistas con más de 15 millones de visitantes (cuatro más que Francia y 5 más que Alemania). La lógica y esperable depreciación de la libra esterlina tras el “Brexit” hace peligrar un importante flujo de ingresos a la economía española, sobre todo los que llegan vía turismo.
Por otro lado también se van a ver seriamente afectadas las relaciones comerciales con Reino Unido, uno de los mercados prioritarios de la provincia y que suponen hasta el 7% de su PIB, según datos del Instituto de Estudios Económicos de Alicante. Precisamente, la incertidumbre en los mercados, algo que habitualmente espanta las inversiones y cohíbe las compras, sobre todo en periodos de crisis económica como la que todavía atravesamos, marcó los meses previos a la consulta popular y ya supuso una caída de la facturación exterior con el Reino Unido del 15% en el último cuatrimestre del año.
El turismo y el sector inmobiliario provincial son las áreas más perjudicadas por la devaluación de la libra, lo que puede hacer perder poder adquisitivo a los británicos que optan por la Costa Blanca para pasar sus vacaciones o a los potenciales compradores de viviendas, por lo que los productos turísticos o la compra de inmuebles pueden resultarles más caros.
De hecho, la compraventa de viviendas ya ha notado los efectos del “Brexit”. Si bien los datos no son para echarse las manos a la cabeza, sí hay promotores en la provincia que han empezado a registrar cancelaciones de operaciones que tenían medio atadas. En 2015 los ingleses adquirieron 4.826 inmuebles en la provincia, un 50% más que el ejercicio anterior , y en el primer trimestre de este año fueron otras 1.110, también un 32,3% más, de acuerdo con los datos del Colegio Notarial de la Comunidad Valenciana. Esto los sitúa como los mejores clientes del sector inmobiliario provincial.
Pese a los malos augurios que la nueva situación puede dejar entrever, el sector espera que no afecte mucho a su negocio, bien porque finalmente no sea la cosa tan grave, bien atrayendo a potenciales clientes de otros países o asentando el cada vez más notable regreso de los compradores nacionales.
Grupo Vilanova, mediante sus mercantiles Vilanova Gestión de Inmuebles S.L. y Ruiz Vilanova Gestión de Inmuebles S. L., presta servicios de intermediación y gestión inmobiliaria en toda la provincia de Alicante a particulares, promotores y entidades financieras. En unos momentos de tanta confusión como la actual y de desconocimiento del nuevo contexto, nada mejor que contar con la ayuda de unas empresas punteras en el sector.
Del mismo modo, los servicios de asesoría fiscal y laboral de Grupo Vilanova, líder en Alicante, también resolverán todas las dudas que puedan suscitar a partir de ahora las transacciones comerciales con Reino Unido (el 6% de las exportaciones directas de la provincia son a este país) y las condiciones aplicables para los trabajadores británicos en España y para los españoles en Gran Bretaña, en el aire hasta saber qué se decide en torno a la hasta ahora libre circulación entre ambos países.