En primer lugar, sea cual sea la situación, debes aceptar realizar la prueba de alcoholemia, pues si rechazas someterte a ella tu vehículo será inmovilizado y la negativa conlleva una pena más elevada.
La primera prueba se lleva a cabo con el alcoholímetro. Si tras soplar la tasa de alcohol es inferior al máximo permitido, puedes seguir tu camino. Ahora bien, si la superas o incluso sin hacerlo das muestras de estar bebido, se te someterá a una segunda prueba pasados unos minutos, esta vez en el vehículo de los atestados y con aparato de mayor precisión.
Hay muchos conductores que prefieren pedir, además, el análisis de sangre. Error, ya que es una prueba mucho más certera y dará un valor más alto si es que has bebido. Has de saber que el coste de la misma debes abonarlo tú previamente y que sólo te será reembolsado si el resultado es negativo.
Mantén la calma en todo momento y no discutas ni te enfrentes con los agentes. Si lo haces, podrás añadir un delito de atentado a la autoridad o de desobediencia. Eso sí, eso no significa que debas reconocer ante ellos que conducías bajo los efectos del alcohol (o las drogas), ya que será sinónimo de condena segura.
Si la prueba de alcoholemia te la realizan tras haber sufrido un accidente, nunca te declares culpable ante otros posibles afectados, testigos o agentes en el lugar de los hechos. Un buen truco consiste en realizar una llamada al buzón de voz de tu móvil y hablar con la mayor normalidad para demostrar en el juicio que no te hallabas ebrio.
Otra cosa que te ahorrará dinero es pedir a la policía que un familiar o amigo se lleve tu coche, si al soplar has dado positivo y, en consecuencia, no vas a poder conducirlo. De este modo no lo trasladarán al depósito y evitarás pagar el coste del tiempo que permanezca allí.
Si te detienen, debes facilitar a los agentes el nombre y teléfono de tu abogado. Así estarán obligados a llamarle a él o a informar al colegio de abogados de tu ciudad. También puedes hacer uso del derecho a una llamada para que alguien de tu confianza avise a tu letrado. Al margen de esto, es muy importante que no declares en comisaría, pues hacerlo “en caliente” y sin asistencia letrada supondrá darle munición de primera a la acusación. Acógete a tu derecho a no declarar. Esas situaciones de “limbo jurídico” se dan todavía hoy en día para lograr que el acusado confiese.
Recuerda que si has dado positivo con una tasa superior a 0,25 ml con síntomas de embriaguez, o 0.60 ml aun yendo sin síntomas, se te abrirá un proceso penal. Es vital contactar cuanto antes con un abogado penalista para que prepare tu defensa y realice los trámites oportunos hasta el juicio rápido por delito contra la seguridad vial. Si todavía no cuentas con uno, puedes llamar al Grupo Vilanova, cuyo departamento jurídico está compuesto por profesionales con una amplia experiencia y formación en todos los campos de la asesoría legal.
Con todo, recuerda: si bebes, no conduzcas.
